Aboutrika, el crack desconocido

El fútbol de Egipto volvió a los primeros planos en plena época Copa de África, pese a que no puede defender su título al quedar sorpresivamente eliminado en las rondas previas. Lo hizo a través de los disturbios que se produjeron luego del triunfo de Al Masry ante el gigante Al Ahly, que dejaron varias decenas de muertos y heridos.

Los medios internacionales hablaron largo y tendido en las últimas horas acerca de los graves sucesos, de la influencia de la inestabilidad política en ellos y también del significado de Al Ahly -que dicho sea de paso significa Club Deportivo El Nacional- dentro de los cambios que se producen desde el año pasado en el país africano. En pocas palabras, Al Ahly es de lo poco en común que han tenido por años casi todos los egipcios: el equipo más ganador de la historia de África es el más popular de su nación y cada cosa que pasa con él es un tema de interés general.

Dentro del caos que reinó en Port Said junto a la de las víctimas, la evacuación militar, las amenazas de una auténtica rebelión proveniente desde El Cairo con la afición del club de camiseta roja y las acusaciones políticas, surgió una noticia impactante. A raíz de lo ocurrido, la leyenda del fútbol faraónico Mohamed Aboutrika anunció que se retirará.

De concretarse esta reacción, será el inesperado final de la carrera de un jugador de altísimos quilates pero poco conocido fuera del continente africano y el mundo árabe, en el que es valorado como uno de los mejores de los últimos tiempos.

Aboutrika, hoy con 33 años de edad, se dio a conocer futbolísticamente en Tersana, equipo de media tabla para abajo, donde destacó como goleador para dar el salto a Al Ahly en 2004. En la siguiente campaña, Tersana perdió la categoría, mientras el espigado jugador rápidamente destacó en un plantel que era base de la selección egipcia y pretendía reverdecer laureles en la escena local e internacional.

De allí en adelante, su historia se mezcla con la de varios elementos: Al Ahly y su técnico el portugués Manuel José, la selección de Egipto y su técnico Hassan Shehata. También de compañeros en ambos conjuntos que junto a él firmaron páginas importantes del fútbol africano como Mohamed Barakat, Essam El Hadary, Emad Motaeb, Wael Gomaa, Mohamed Shawky, Ahmed Hassan y el angoleño Flavio Amado.

En El Nacional logró, en un tridente inolvidable con Motaeb y Barakat, la hazaña de ganar todos los títulos locales y continentales -liga, Copa, Supercopa y CAF Champions League- de 2005 sin perder un partido.

En 2006, a cinco títulos más con su equipo le sumó la consagración internacional. A principios de año, en medio de la polémica generada entre Mido -el jugador egipcio más famoso en ese momento- y Shehata, condujo a la selección al título en la Copa de África fungiendo como local. En diciembre, fue con Al Ahly al Mundial de clubes para sorprender al planeta con el título de goleador, buenos partidos ante el Internacional brasileño y el América mexicano y el tercer lugar del torneo. A esa altura ya tenía un estatus hecho en su continente, lo que le valió la nominación al premio como Jugador Africano del Año, junto a futbolistas de trayectoria en Europa como el marfileño Didier Drogba y el camerunés Samuel Eto'o. "Ha sido mi mejor año", dijo en aquellos días.

Quizá 2007 no fue tan brillante, si así se puede calificar el ganar cuatro títulos con su club, ser subcampeón de Champions y por cuarto año consecutivo ser proclamado mejor jugador de Egipto. En 2008, anotó el gol del título de la Copa de África para su país ante Camerún, en una campaña formidable en la que el equipo dirigido por Shehata cedió apenas un empate. Con Al Ahly ganó por tercera vez en cuatro años la Champions. De nuevo fue nominado al premio de Jugador Africano del Año y, pese a jugar en un club del continente negro, logró el segundo lugar, detrás del togolés Emmanuel Adebayor.

En 2009, Manuel José dejó Al Ahly, con lo que su estrella empezó a declinar. No obstante, le alcanzó para sumar nuevos logros con la selección de la mano de Shehata y una generación de jugadores ahora fortalecida por Hosni Abd Rabbou y Amr Zaki. En la Copa Confederaciones, Egipto estuvo a punto de dar la gran campanada, con un gran partido ante Brasil y un triunfo ante Italia. Una derrota ante Estados Unidos le dejó fuera de la siguiente ronda por diferencia de goles. Meses después vendría la eliminación del Mundial 2010 ante Argelia en un partido de desempate jugado en Sudán.

Una lesión le impidió ser parte del plantel que en 2010 obtuvo para Egipto el tercer título de la Copa de África al hilo. Ya superada la treintena, siguió como pieza clave en un renovado Al Ahly que mantuvo su hegemonía local, aunque superado en África por otras fuerzas. Shehata dejó la selección a mediados de 2011, lugar que tomó el estadounidense Bob Bradley, quien descartó a Aboutrika de sus planes desde el principio, pese a la presión popular.

De Aboutrika quedará esa vasta trayectoria como futbolista, la de un mediocampista ofensivo con mucho gol, la de un segundo delantero que sabía con la pelota en los pies, la de un jugador que definió partidos importantes con juego y goles. Pero también hay un lado humano, de jugador pensante, que -con las particularidades de vivir en una sociedad como la de la nación norafricana- le da más riqueza al personaje.

Graduado en filosofía, varias veces se habló de su ida al fútbol europeo. Aboutrika, quien hubiese destacado sin problemas en cualquier liga del mundo, prefirió quedarse en Egipto. Como una de las personas más influyentes de su país, intentó resaltar el trabajo en equipo y colaboró en varias tareas humanitarias dentro y fuera de sus fronteras.

"Me gusta trabajar en eso y ayudar a la gente pobre y necesitada", dice quien es Embajador del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas. En su faceta extradeportiva, no obstante, el momento más sonado se produjo en un campo de fútbol. Luego de anotar un gol durante la Copa de África de 2008, mostró al mundo un mensaje solidario con la Franja de Gaza, en ese momento bloqueada por Israel. La amarilla que recibió fue largamente protestada en el mundo árabe y el jugador apuntó que su acción se produjo como llamado de atención para amparar a los niños de esa región afectados por el conflicto.

"Esto no es fútbol, es una guerra y personas están muriendo. Es una situación horrible, algo que no puede quedar en el olvido", comentó el capitán del equipo que hoy es noticia en todo el mundo en medio de un vestuario en que eran atendidos seguidores y jugadores agredidos por igual. El retiro de Aboutrika se esperaba para 2013 o un poco más allá, según había adelantado Manuel José, quien de nuevo es su técnico en Al Ahly. La tragedia tal vez signifique el eclipse definitivo de un crack que no estuvo en los grandes titulares pero marcó una época.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lista de radios que transmiten fútbol venezolano (Actualización Apertura 2017)

Los conjuntos venezolanos tuvieron una Libertadores de altibajos

Copa Venezuela - Participaciones 2007-2019