Conciencia colectiva

Cada vez que ocurre un hecho resaltante en el ámbito criollo relacionado al fútbol se toma como si fuese inédito, irrepetible. Así, es fácilmente impresionable un público creciente, ávido de conocer pero fácil de conmover.

Los generadores de los hechos, los divulgadores de la información y aquellos otros que como éstos piensan ser una autoridad inapelable en el balompié venezolano alimentan una conciencia colectiva que termina siendo pasiva, en diversas ocasiones espectadora de lujo de los acontecimientos.

El concepto del crecimiento del fútbol venezolano sirvió, sirve y, al parecer, servirá, para solapar cosas. Se generan polémicas cuasi domésticas, mientras aspectos como el estilo de juego, la organización estructural y el desarrollo del fútbol menor siguen latentes a la espera de una revisión.

El momento invita a que todas las partes involucradas se acerquen para dejar de lado el discurso e interactuar. Es cierto que se necesita más de “zapatero a su zapato” pero también falta algo de “si ves las barbas de tu vecino arder pon las tuyas en remojo”. El camino andado no puede ser desandado.

Si el resultado deportivo se acompaña de un impacto más allá de la cancha, habrá valido la pena el esfuerzo. Para alimentar otros conceptos que al día de hoy siguen como palabras resonantes aunque carentes de un contenido definido como identidad o cultura futbolística, hace falta más que un gol.

Son cosas que no se logran de la noche a la mañana y hace falta un primer paso, que quizá ya se dio sin que fuese percibido con claridad por todos los involucrados. Sin caer en la llaneza de un optimismo conmovedor que genera una rueda que gira sin parar y no lleva a puerto seguro.

No todo es inédito en el fútbol nacional, del pasado de triunfos y derrotas, aciertos y desaciertos también quedan lecciones para tomar en cuenta, como acontece con un presente interesante, plataforma de despegue aprovechable hacia los grandes objetivos comunes.

Esta columna fue publicada en "Líneas de fútbol" en el diario 2001, el 24 de agosto de 2012.