El domingo habrá narración

Hace unos años, llegaron desde Italia imágenes del fútbol. Estaban los jugadores, había espectáculo, pero los medios estaban molestos e hizo falta algo: no había narración. 

En Venezuela, el periodista siempre está presente en el estadio, así el juego sea a puerta cerrada. Su presencia dentro del deporte ha tomado otra dimensión con la irrupción de las redes sociales. No dejan de ser personas normales, comunes y corrientes, sólo que tienen ese detalle adicional que les da el pertenecer a un medio de comunicación. 

El incidente ocurrido la semana pasada en la capital, no es el primero. Por el contrario, anteriormente se han presentado escenas irregulares que involucran a comunicadores y -yendo más allá- a otros participantes de la escena futbolística. ¿Y qué ha pasado? Prácticamente nada.

No es señalar culpables porque en el fondo todos lo son. En un país desvalorizado se interpreta que el que grita más duro puede imponerse, sea en el cruce de un semáforo, sea en una manifestación deportiva, sea en la discusión política.

El desprecio por los principios morales es notorio. A estas alturas del partido es difícil siquiera conseguir gente que prefiera leer un libro a formar parte de alguna de las cosas que están “de moda”. ¿Cómo distinguir lo que es correcto de lo que no si no hay una formación previa para entender el significado básico de ambas cosas?

Por ello, el ejercicio de algunos espontáneos no alcanza. No es únicamente decir a los cuatro vientos “yo di mi nombre”. No es suficiente.

Queda en evidencia que el asunto tiene que ser más que el quedar bien. Ciertamente, manifestar un desacuerdo es un paso, pero es apenas uno de los primeros que se da. 

¿Podrá éste o algún otro incidente despertar de una vez por todas la unión entre los periodistas del fútbol venezolano? ¿Se entenderá que se requiere una revisión general e inmediata de cómo se está tratando todo lo relacionado a una fuente y la forma de vida que ella implica? ¿Estarán los integrantes de este grupo social dispuestos a la revisión y al cambio?

No hay necesidad de tocar fondo para emprender la marcha. Sin embargo, está presente la sensación de que en pocos días toda esta bulla será un recuerdo cada vez más lejano. No hay señales de que no pase algo distinto a lo que hasta ahora ha pasado: prácticamente nada.

El domingo, los partidos saldrán desde Venezuela con narración.