Mundial de Clubes 2000: El primer acontecimiento futbolístico internacional del nuevo milenio


Freddy Rincón no la pasó bien en el Real Madrid. Desde su llegada se enfrentó a resistencias, en especial las extrafutbolísticas, y no pudo hacerse un lugar. La noche de enero de 2000 en la que anotó el gol decisivo para el Corinthians ante el Al Nassr la celebración fue doble.

“Era mi destino eliminar al Madrid. Me trataron mal en Madrid. Todos somos iguales y merecemos el mismo trato”, declaró el colombiano, anticipando las frecuentes denuncias de racismo de estos tiempos. El cuadro paulista clasificó a la final del primer Mundial de Clubes por un gol de diferencia sobre el español.

Desde que, en 1980, Toyota rescató la Copa Intercontinental, esta mantuvo su status como título mundial de clubes. Sin embargo, la creciente superioridad europea en el torneo durante los años noventa -impulsada por la flamante Liga de Campeones y la apertura del mercado internacional de jugadores- y el constante deseo de la FIFA de expandirse deportiva y comercialmente, le dieron piso al nuevo formato.



En 1997, la FIFA designó a Brasil para organizar el primer Campeonato Mundial de Clubes en 1999. La intención era darle espacio al fútbol fuera de Europa y Sudamérica, que asomaba muestras de desarrollo. Y, a la larga, reemplazar a la Intercontinental y con ella a otras competiciones similares como la Copa Interamericana o el Campeonato Afro-Asiático.

El torneo fue pospuesto para inicios de 2000 -FIFA luego lo proclamó como “el primer acontecimiento futbolístico internacional del nuevo milenio”-. Para incluir a todas sus confederaciones, instó a la OFC a organizar un torneo continental en Oceanía, que en septiembre de 1999 coronó un campeón apenas por segunda vez, el South Melbourne.

El sorteo se hizo el mes siguiente en Río de Janeiro, sin aún conocerse el campeón africano. En el grupo A el Real Madrid, campeón de la Intercontinental; junto a Al Nassr, monarca de la Supercopa asiática; el ganador en África (terminó siéndolo el Raja Casablanca en diciembre); y el Corinthians, vigente campeón del país anfitrión.



El grupo B tuvo también un cabeza de serie europeo: el Manchester United campeón de la Champions. El Necaxa campeón de Concacaf, el Vasco da Gama campeón de la Copa Libertadores y el South Melbourne completaron la llave del conjunto inglés.

Río y Sao Paulo. Del 5 de enero al 14 de enero. Sin empezar el certamen comenzaron las especulaciones. Los europeos eran favoritos... si se tomaban el torneo en serio. Los brasileños eran locales pero también tenían sus propios problemas. Los otros cuatro, incluido el representante del promisor fútbol mexicano, eran considerados como desconocidos.

Manchester United, el equipo del momento en Europa, decidió renunciar a la FA Cup para dedicarle su atención al evento en el que iba a ser local en el Maracaná. Nunca un equipo había declinado defender el título del torneo más añejo.

Vasco, que ya había perdido la Intercontinental con el Madrid en 1998, tenía que luchar con los egos de Romário y Edmundo. El Baixinho se tomó a pecho al torneo, queriendo mostrar su mejor versión, lejos de las polémicas.



Corinthians era bicampeón brasileño por primera vez y estaba inmerso en una de las etapas más importantes de su rivalidad con Palmeiras. Real Madrid iba enderezando el rumbo en el cierre del año y se esperaba que en Sao Paulo por fin apareciese su nueva figura, Nicolas Anelka.

Al francés le cupo la distinción de marcar el primer gol del naciente campeonato, en el Morumbi, en el triunfo ante el  modesto Al Nassr. Al Timao le costó un poco más ante el Raja, que a la larga fue el rival incómodo en el grupo A.

En la siguiente jornada, el duelo directo tuvo un nombre propio pese al empate. Edílson deslumbró y dejó al equipo paulista más cerca del triunfo que de la derrota. El otro partido, que para muchos era considerado un trámite, fue el primero de un Mundial sin europeos o americanos, agónica victoria del Al Nassr en un intercambio de goles con el Raja.



La última jornada definía un clasificado entre hispanos y brasileños. Más temprano jugó el Madrid, que se fue perdiendo al descanso ante un descarado Raja y tuvo que remontar para ganar de forma ajustada. Fue su perdición. Corinthians ganó sin tantos problemas. A falta de diez minutos, Rincón anotó el gol que llevó a su equipo a la primera final internacional oficial de su historia.

El primer día del grupo B cambió el libreto. Con orden y atrevimiento, Necaxa le estuvo ganando casi hasta el final al United, que apenas salvó el empate. Vasco firmó sus primeros tres puntos ante el campeón australiano, elenco semiprofesional y el más débil de los ocho participantes.

El club británico bajó la marcha. Vasco no lo desaprovechó. Edmundo marcó el gol del torneo y el once carioca se impuso de forma inobjetable. Necaxa hizo su parte, con goleada, para ratificarse como la sorpresa del torneo.



El equipo azteca perdió en la última jornada ante Vasco. Pero el Manchester no logró golear a su rival oceánico. Un europeo, el vigente campeón europeo, se despedía en las primeras de cambio. Además, se confirmaba que la final del primer Mundial de Clubes era entre brasileños.

Esto, porque el formato enviaba a la final a los campeones de grupo y a los segundos al duelo por el tercer lugar. Por primera -y a día de hoy, única- vez, la final mundial enfrentó a equipos del mismo país y no involucraba clubes de la confederación más fuerte.

Antes, el día final guardaba otra sorpresa. Necaxa salió a jugarse la vida y llevó al Madrid a los penales. Y ganó el tercer puesto. 

En el Maracaná, a segunda hora de ese viernes de principios de 2000, dos potencias del fútbol sudamericano se pusieron frente a frente. El encuentro se trabó desde temprano. Pocas ocasiones, algunas reservas, cierta anarquía. Ambas aficiones -50 mil vascaínos, cerca de 30 mil corinthianos llegados de Sao Paulo- empujando a unos jugadores que no tenían todas las respuestas. 



Llegaron los penales. Rincón y Romário no fallaron. Pero sí lo hizo Edmundo en el quinto cobro. Antes Dida, en ese tiempo un famoso parador de penales, ya había detenido un lanzamiento. Corinthians ganó el primer título mundial y lo hizo sin haber ganado una Libertadores antes. 12 años después repetiría, ya siendo campeón de América.

La FIFA de inmediato lo calificó como un éxito y pasó el testigo a la segunda edición. Esta iba a tener una ampliación a 12 equipos. Fue pautada para España a mediados de 2001. Nunca se realizó. De hecho, la Intercontinental siguió cuatro años más, hasta que se fundió con el Mundial, que en 2005 pasó a tomar la forma que tendrá vigencia hasta diciembre de 2020.

Freddy Rincón a esa altura de su carrera era un jugador menos explosivo, más cerebral, más del mediocampo que del área contraria. Era un ídolo en Brasil, con grandes gestas en los clubes paulistas. Ese enero de 2000, pocas noches después del gol que eliminó al Madrid, había sumado la de ser el primer capitán que levantó el trofeo mundial de clubes.

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