Sorpresa increíble

En el día menos esperado la selección de Farías dio su mejor partido. Venezuela fue superior al peor Brasil de todos y escribió otra página dentro del historial del deporte nacional, ganando sin atenuantes en vísperas a los decisivos duelos ante Uruguay y Chile.

Desde el primer instante, el cuadro vinotinto mostró una cara distinta a la de los últimos meses. Orden, inteligencia y precisión se reflejaron de inmediato en el marcador. Maldonado, tal vez el mejor jugador del país, recibió de Vargas un pase que definió sin problemas ante un tibio Doni. Su padre, Carlos, había marcado hace 19 años el primer gol nacional en la historia ante los amazónicos.

Para que el tanto no pareciese una acción aislada, la escuadra nacional jugó sus mejores minutos en el año. Con la pelota en los pies; con Rojas, Vargas y Arango conectados; con Mea Vitali acomodando el medio; con Chacón y Hernández dando garantías en los costados; con dos centrales aplomados. Todos factores que mantuvieron lejos a Brasil un buen rato.

Los de amarillo parecieron no empezar a jugar hasta bien avanzado el primer tiempo. Como si les fastidiase enfrentar a Venezuela. Eso lo aprovechó el once criollo para aumentar la cuenta. Un error defensivo brasileño fue capitalizado por Vargas, menos intermitente que en otros cotejos, quien tomó el esférico y no paró hasta batir al meta del gigante sudamericano.

Todo el segundo tiempo, la pelota estuvo en los pies contrarios. La selección pudo mantener la calma, aunque no volvió a dominar como en el tramo inicial. El ingreso de Diego le permitió a Robinho no sentirse solo, como sucedió buena parte de la noche. Un palo suyo y un taco de Adriano, fueron las mayores ocasiones de peligro de un conjunto que nunca intentó cambiar el ritmo parsimonioso que usó.

Los cambios alejaron a Venezuela del área amazónica. Está claro que con Maldonado en el campo es otra cosa. Los que ingresaron –para defender- cumplieron y Vega se dedicó a sacar de meta, sin tener que intervenir más. El cierre no mostró a Brasil desesperada, sino resignada, y a la Vinotinto tranquila, conservando la inteligencia que selló el logro obtenido.

Táchira-Independiente, River-Caracas, Uruguay-Venezuela y ahora Brasil-Venezuela. Los grandes episodios del fútbol criollo. Farías por fin dio una muestra de lo que el país quiere de su equipo. Queda la pasantía por Willemstad para luego ir por más historia a Montevideo. No hay excusas. Después de lo hecho en la noche de Boston, Venezuela debe sumar en el Centenario.

Nota publicada en Lavinotinto.com en junio de 2008.