Wuilker Fariñez, número 1 de Venezuela

Iba a ser el gol de la Copa América. Una tijereta espectacular del colombiano Uribe. Wuilker Fariñez voló e hizo la tapada del torneo. Una jugada que resume el partido en el que el portero caraqueño finalmente se quedó con el arco de la Vinotinto.

Es joven, pero inició como suplente de arqueros experimentados siendo menor de edad. Ya en 2017 pasó a ser común verle en la puerta nacional. Poco después del Caracas pasó al Millonarios y se consolidó en la selección. Sin embargo, en este junio de 2021 fue el segundo de Joel Graterol, hasta hace unas semanas su habitual recambio desde las selecciones por edad.

En el camino se quedó José David Contreras, el único de esta generación con condiciones técnicas y de personalidad para pelearle el puesto, ahora relegado al quinto lugar entre las preferencias del actual cuerpo técnico vinotinto. 

Los restantes porteros de la actual selección, Romo, Baroja y Romero, siempre han lucido como compañeros que refuerzan su crecimiento pero sin discutirle el puesto.

Fariñez no es alto, como el prototipo que se cree es imperativo de un portero. Un portero, más que alto, debe ser bueno en su posición. Y el criollo lo es: ágil, inteligente, arrojado, bien ubicado, ascendiente sobre su defensa. Incluso ha mejorado su juego con los pies.

Una línea de cinco usó la selección de Venezuela en sus dos partidos disputados hasta ahora en la Copa. Con la seguridad de Fariñez, zagueros como La Mantia y Martínez tuvieron un guardaespalda mientras que el criticado Cumana se sintió a sus anchas y consiguió varias miradas aprobatorias del meta del Lens.

Zapata, delantero codiciado por media Europa, y Borja, el prometedor artillero que ya fue goleador de la Libertadores, se estrellaron una y otra vez con el guardameta venezolano. El país lo hacía tendencia, viral, meme o como se entienda mejor. Todos hablaron de él en la tarde y noche del jueves.

Con el 0-0 final, mientras Ospina, el experimentado golero colombiano, se ponía de primero en la fila para felicitarlo, el seleccionador Peseiro miraba la escena como diciendo: “¿Vieron? No me equivoqué al traerlo de regreso al once”.  

Que Fariñez es uno de los llamados a llevar la bandera de la nueva generación vinotinto no es una frase que se inventó hoy. Es una realidad, que necesitaba ser indiscutible. Un relevo en la escuadra mayor, que el tiempo dirá si se da de la mano de Peseiro en el corto o mediano plazo.

Los equipos se arman de atrás hacia adelante, dice la vieja frase, desacreditada muchas veces. En la vieja notación el 1 siempre era el arquero. En las selecciones más rodadas el nombre del 1, el portero, sale de memoria. Wuilker Fariñez de aquí en adelante debe ser el 1 de Venezuela.