Dacha

En Europa del Este, la temporada de verano es muy apreciada. Tanto que en Rusia y países afines a esta una buena masa de ciudadanos tienen una residencia que es usada con mayor frecuencia en esta época, la dacha.

La dacha (дача [dácha]) es básicamente una casa de campo. Básicamente porque puede ir desde una modesta residencia estacional con los servicios mínimos hasta una instalación palaciega con comodidades de todo tipo.

La Rusia imperial la adoptó con mayor ahínco a partir del siglo XIX y luego fue un símbolo de estatus en la Unión Soviética, al punto de que "piso, auto y dacha" -es decir, tener una casa o un apartamento cómodo, un vehículo decente y una casa de campo- eran exigencia de intelectuales, políticos y deportistas.

Hoy sigue siendo habitual que en el gigante euroasiático miles de personas dejen las ciudades para ir a las dachas a descansar o a disfrutar la vida campestre. Este mundo está lleno de contradicciones, una de ellas es que los dos golpes definitivos para el fin de la URSS están relacionados con esos apacibles lugares conocidos como las dachas.

AGOSTO DE 1991

Mijaíl Gorbachov, presidente soviético, cabeza del partido comunista, líder mundial, está a pocos días de hacer pública una decisión que podría acabar con todo el sistema de uno de los países más importantes del siglo XX. Antes de que la Unión Soviética firme su propia sentencia final, un grupo de conservadores decide hacerle frente a su jefe, que estaba descansando en su dacha de Crimea.

El 4 de agosto, Gorbachov se fue de vacaciones a la dacha, a su regreso, el día 20 estaba previsto que se firmase el nuevo Tratado de la Unión, un intento de reformar la decaída estructura soviética, con la distribución de más poderes para las repúblicas que la componían y que incluso cambiaba el nombre del estado a Unión de Estados Soberanos.

Una delegación de esa línea dura visita a Gorbachov el 18 en su dacha, sin lograr un acuerdo claro respecto al Tratado y el futuro inmediato de la nación, por lo que al día siguiente se produce el golpe de estado. El presidente está incomunicado en Crimea, mientras en las horas siguientes el poder soviético recibe un mazazo del que nunca se recuperará y Boris Yeltsin, presidente de la República Socialista Soviética de Rusia, sale fortalecido. El 21, el golpe había fracasado. Gorbachov retorna poco después a Moscú, renuncia al puesto de Secretario General del partido y sigue como presidente de la URSS.

DICIEMBRE DE 1991

El desmantelamiento de la Unión Soviética ha tomado un curso irreversible. Varias repúblicas han declarado su secesión desde los hechos de agosto. El 1 de diciembre, una consulta popular en Ucrania vota favorablemente por su independencia. Yeltsin quiere salvar a la región de la posibilidad de un enfrentamiento armado -también consolidar su poder y la preeminencia de Rusia- y otra dacha entrará en la historia.

Belovézhskaya, a las afuera de Brest en Bielorrusia. Reserva natural a la que los antiguos líderes soviéticos iban de caza. En la dacha ubicada allí, el 8 se reúnen las máximas autoridades de Rusia, Bielorrusia y Ucrania para firmar la sentencia final de la URSS y establecer las bases del futuro inmediato de sus países. Lo hacen tras largas deliberaciones que llevan a la elaboración de una declaración que extingue el Tratado de Creación de 1922 -que estableció la Unión Soviética- y crean la Comunidad de Estados Independientes.

La CEI es ampliada con la inclusión de las repúblicas de Asia central, Armenia y Azebaiyán en una ceremonia celebrada el 21 de diciembre en Alma Ata, en aquel momento capital de Kazajistán. El 25, tras la rápida sucesión de acontecimientos de los meses anteriores, se disuelve oficialmente la Unión Soviética.